El joven defensor cordobés, de 18 años, estuvo en el banco de suplentes en la goleada del culé a Villarreal. Piero Foglia, quien lo descubrió, contó su historia. Su papá dijo que es «un premio al sacrificio».

Si bien no sumó minutos, la presencia del futbolista enorgulleció a su entorno, ya que pasó de comenzar su carrera en la Liga Cordobesa a jugar en un coloso del fútbol mundial.
Piero Foglia, quien lo descubrió, contó cómo fueron sus inicios: de Talleres pasó a Atalaya, y de ahí a Boca, desde donde emigró al conjunto catalán.
«Con Santiago compartimos mucho tiempo en Atalaya; incluso, soy amigo de su papá. Para mí verlo cumplir un sueño y verlo en el banco de un equipo tan importante como el Barcelona gratifica»
Foglia precisó, además, que el padre del cordobés, Pedro Ramos, tiene además otros dos hijos, Franco y Matías, quienes también juegan al fútbol.
«En 2013 Pedro pasó una situación particular: él se separa de su esposa, tenía complicaciones para llevar a sus hijos a donde trabajaba en Talleres y sus hijos tenían mucho futuro por delante. Fue ahí cuando yo pedí los pases y él comienza a trabajar conmigo en Atalaya», recordó.
La prometedora estrella cordobesa se fue de «La T» cuando tenía 11 años; desde los 12 a los 15 pasó por Atalaya, y luego, inició en «El Xeneize».
En esa línea, Foglia reveló: «Lo que pasó con Boca es que ellos empezaron a tomar interés por él cuando ya el Barcelona lo seduce».
«Él estaba próximo a cumplir 18 años y finalmente decidió que su paso era profesionalizarse en Barcelona», indicó.
Por su parte, el padre de Santiago, Pedro Ramos, también entrenador y ex futbolista, celebró el logro de su hijo y expresó que esta oportunidad es “un premio por el esfuerzo” de haber vivido cinco años lejos de sus seres queridos.
“Si bien tampoco es seguro que quede con el primer equipo, por lo menos tuvo esa satisfacción de ser convocado en esa semana de estar entrenando con ellos”, manifestó.
Por último, Pedro dio detalles sobre la relación de su hijo con el plantel y contó cómo fue el encuentro con el astro rosarino.
«Santiago ya había subido a entrenar en primera antes de la pandemia y me dijo que cruzó un par de palabras con Messi. Él le preguntó de qué parte de la Argentina era, le deseó suerte y lo trató bien», precisó.
Y luego, concluyó: «Mi hijo siempre destacó el buen trato con el plantel, cómo lo recibieron de bien. Santiago es chico y aún le falta mucho por aprender, pero esta convocatoria es un gran impulso para él».